Por las calles de la localidad se conservan algunas casas de interés, particularmente aquéllas que ofrecen ciertos elementos típicos del siglo XVIII.
En una de ellas, su portal adintelado se fecha en 1785, y sobre él, en la línea del tejado, hay un nicho con venera, lo que obliga a que ascienda la cornisa en este punto, creándose un curioso juego de curvas y contracurvas, tan propio de ese momento.
Otra de ellas es la Casa Partida de Juan Palomo, que se dice era la guarida de este popular bandolero.