Hacia 1941, Dª María Jesús Herruzo Martos, dió inicio a las gestiones para la fundación de la Congregación de las Obreras Parroquiales del Corazón de Jesús, que domicilió en su hogar, adquirió también la casa contigua (nº 28), propiedad de sus familiares y allí edificó una magnifica capilla bajo la advocación del Buen Pastor, de ahí la imagen de la fachada principal, quedando esta capilla unida a la residencia.
Maravilloso ejemplo de construcción en granito, en cuyo interior se alza la capilla del “Dulce Nombre de Jesús”, joya de corte neobarroco con esbeltos soportes de fuste único, obra del arquitecto diocesano Carlos Sáenz.
El interior de la capilla da cabida a uno de los retablos más bellos de la localidad, en el presbiterio, como remate del altar se levanta un esbelto retablo con reminiscencias dieciochescas, con una gran suntuosidad decorativa, todo en pan de oro, y la figura de un crucificado, como titular del retablo.