En el barrio del Alcázar Viejo –también llamado de San Basilio– existía una antigua fortificación almohade, aprovechada por los judíos que llegaron a Córdoba a partir de 1236, conocida como Castillo de la Judería. Constituía una de las fronteras del barrio judío, cuyo recinto amurallado limitaba al este con el recinto de la Medina, al oeste con el Alcázar Viejo, y al sur con el Alcázar de los Reyes Cristianos, con los que compartía sus murallas y torres.
Del Castillo de la Judería destacan la Torre de Belén, de nombre bíblico, y el lienzo de muralla adjunto, que comparte con el recinto amurallado del barrio del Alcázar Viejo el llamado Torreón de la Muralla y el lienzo norte de muralla, que limita hoy día con uno de los laterales del Mercado del Alcázar, por una calle peatonal que lleva el nombre de Hasday Ibn Shaprut. El muro oeste del Castillo de la Judería sirvió como base a la muralla que protegería el nuevo barrio del Alcázar Viejo.
El Torreón de la Muralla, de planta casi cuadrada, actualmente está integrado en una vivienda particular. La Torre de Belén cuenta con tres pisos y un mirador con cinco huecos de arcos de medio punto. La planta baja fue convertida en ermita, por lo que tomó el nombre de Torre de las Imágenes (Torre de San Benito).