La Iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción, proyectada en los años cincuenta por los arquitectos Sánchez Puch y Marchena; con su interior de solemnidad neoclásica contrasta la bien compuesta portada neobarroca, junto a la que se alza la bella torre de rojo ladrillo coronada por el campanario octogonal.
Su planta es de cruz latina, en la que destacan las columnas jónicas que se sitúan marcando los tramos. Sobre su tramo central se alza la cúpula.