En la cima del alargado cerro sobre el que se asienta Espejo se alza la iglesia parroquial de San Bartolomé, construida a finales del S. XV y ampliada por los pies un siglo más tarde.
Tiene tres naves separadas por arcos apuntados que descansan en pilares cruciformes con medias columnas adosadas, parte de ellas torsas.
La joya principal de esta iglesia es su magnífico retablo gótico de San Andrés, de principios del siglo XVI, que contiene cinco pinturas al óleo sobre tabla realizadas por el artista cordobés Pedro Romana, que representan el Calvario, el martirio de San Andrés, el Nacimiento y la adoración de los Reyes Magos.
El templo se enriqueció con diversas capillas laterales en los siglos XVI al XVIII, entre las que destaca por sus dimensiones la antigua del Sagrario, que acoge hoy a Jesús Nazareno y que J. Rivas atribuye a Tomás Jerónimo de Pedrajas.
Guarda este templo un interesante museo de orfebrería, con piezas de los siglos XVI al XIX, del que existe una guía elaborada por el cronista local Miguel Ventura; sobresale entre ellas la custodia procesional dieciochesca acabada por Bernabé García de los Reyes.
En el sencillo exterior destaca la portada lateral de 1679, procedente de la desaparecida ermita de las Angustias.
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Ayuntamiento de Espejo
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