En la parte más alta de la villa se alza la parroquia de la Encarnación, «una de las más bellas iglesias de la provincia» para el profesor J. Rivas, quien la considera importante muestra de la arquitectura gótico-mudéjar de la Sierra, fechable a finales del siglo XV.
Tiene nave única con arcos transversales de rojizo ladrillo, cubierta por techumbre de madera, y tras ella aparece una cabecera con bóveda gótica en el primer tramo.
Llama la atención el arco toral que separa ambas zonas, por su decoración a base de yeserías mudéjares.
Los exteriores impresionan por «sus muros de mampostería jalonados por potentes contrafuertes de esquinas redondeadas y la torre de ladrillo».