Fue reconstruida después de la Guerra Civil por Regiones Devastadas entre los años 1946-50, por parte de los arquitectos José Rebollo Dicenta y Daniel Sánchez Puig.
De estilo neobarroco, con una torre adosada de ladrillo visto, en el lado de la epístola, que tiene 30 metros de altura y 16 metros cuadrados de superficie. De los balcones penden placados geométricos típicamente cordobeses junto con los motivos de estirpe dieciochesca del vistoso campanario. La cúpula y el cimborrio, junto a un templete adosado con linterna, en recuerdo de los caídos en la Guerra Civil, completan el conjunto arquitectónico.
El templo, en su interior, posee pureza de volúmenes blancos y grises rematados en el cuerpo cilíndrico de la cúpula que subrayan los contornos de arcos, pilastras y bóveda con alternancia entre el lenguaje historicista y la arquitectura vernácula.
El altar mayor está presidido por el Cristo del Valle, obra de Gabino Amaya, que ocupa el lugar del antiguo retablo que estaba presidido por la Virgen del Rosario, y que fue retirado en los años 70; así como el púlpito que había a la izquierda de dicho altar.