Pozo público fechado en el S. XVIII, que formaba parte del conjunto monumental de la Ermita de la Soledad (desaparecida hoy en día). Era descanso obligado para el viajero que transitaba por el Camino Real de la Plata, extinta vía mineral y comercial del medievo.
De forma prismática y sección cuadrada, está realizado en piedra de molinaza (típica de la zona), con un tejado a cuatro aguas y pináculo prismático rematando al tejado.
Desde su construcción ha sido parada de caminantes del Camino Real y caudal de agua para los vecinos de las calles aledañas.