Fue la primera de las siete fundadas por Fernando III, en uno de los barrios más típicos de la ciudad.
En la actualidad se halla en restauración y desde el s. XIX está cerrada al culto
En 1982 fue declarada Monumento Nacional.
Su patrimonio artístico está totalmente disperso en la actualidad.
Sirvió como modelo que había de seguirse en las parroquias cordobesas, donde el influjo castellano se pone de manifiesto en sus características tardo-románicas asimiladas por mudéjares y enraizadas con las formas góticas de origen burgalés.
Destacan las portadas del Evangelio y de la Epístola, esta última muy interesante por ser la más antigua de la ciudad, de carácter mudéjar.