La iglesia conventual de San Agustín, hoy situada en los márgenes del barrio de Santa Marina, data de 1328 su construcción más antigua.
Durante el s. XVI se realizaron importantes obras, aunque fue en el s. XVII cuando se lleva a cabo la reestructuración y terminación de la iglesia; durante el s. XIX sufre un importante incendio que supuso su clausura durante algún tiempo y el deterioro del edificio.
En la actualidad se está restaurando.
Tiene las características de las típicas iglesias medievales y su portada corresponde al s. XV si bien las obras del s. XVII marcaron y transformaron el edificio.
Hay que destacar la bóveda de la nave central de la iglesia, decorada con yeserías y pinturas murales que representan escenas del Credo, pinturas que nos permiten atribuirlas a Juan Luis Zambrano.
Merece especial atención la Inmaculada del sotocoro, atribuida a Cristóbal Vela y fechada en el s. XVII.
Cuenta, como la mayoría de las iglesias cordobesas, con un gran número de altares con bellas imágenes y pinturas de la época.