Iniciado en 1559 y terminado en el siglo XVII, es un templo renacentista de una sola y amplia nave, cuya primitiva grandeza arquitectónica disminuyó la restauración llevada a cabo para reparar los daños de la Guerra Civil, que afectó a la bóveda y exedra semicircular del presbiterio.
Se da como probable la intervención en sus obras de los arquitectos Hernán Ruiz II y Juan de Ochoa.